A un líder lo define la fuerza de su carácter y su persistente determinación para alcanzar sus sueños. Precisamente esto es lo que ha llevado a Pinturas MIR a cumplir 90 años sin perder su esencia 100% familiar

En un sector tan competitivo como el nuestro, que una empresa se mantenga durante décadas en activo es digno de elogio. Ahí está el caso de Jaurena, fabricante de pinturas para bellas artes y manualidades, que ahora celebra su noventa aniversario.

Esta empresa de Barcelona, que va por la tercera generación, tiene una dilatada historia a sus espaldas que conviene repasar, aunque sea de forma breve.

Para ello debemos irnos a 1933, cuando un pequeño taller de la calle Lepanto comienza a fabricar pigmeos naturales y aceites para las droguerías de la zona. Varios clientes, algunos de ellos artistas, animaron a la empresa a expandir su catálogo con colores al óleo, aprovechando la escasez de estos, que muchas veces había que importar desde el extranjero. La empresa recogió el testigo, y los artistas locales aprovecharon para comprarlos, pero el inicio de la Guerra Civil Española (1936-1939) frenaría dicha producción.

Al final de la contienda, el fundador, Felipe Jaurena Setoain, reanudó la fabricación de sus productos. Y con tanta aceptación, que ante la gran demanda tomó la resolución de trasladar su negocio a una sede mayor, en la calle Farigola, en Barcelona. Y a partir de este momento se amplió el catálogo de productos, incorporando témperas, acuarelas y barnices.

Pero no se quedaría ahí la cosa, pues en los años 60, ya con los artistas como clientes referenciales, comenzó a producir lienzos, maletines de pintura y pinceles.

Aquí entran en juego las nuevas posibilidades que ofrece el periodo de crecimiento de la economía que ha venido a llamarse “el desarrollismo”, favorecido por avances en la mecanización, que aprovechó Jaurena para incorporar varias tricilíndricas y las primeras envasadoras automáticas. Pero como toda historia estaría incompleta sin un suceso nefasto, hemos de señalar que un incendio destruyó en 1970 el taller de la calle Farigola.

Sin embargo, meses después la empresa consiguió renacer en otro taller, ahora en la calle Rosalía.

Si bien nadie duda de que Felipe Jaurena fue el hombre que pensó y levantó el negocio, es igual de indudable que tras su muerte, en 1990, sus descendientes han hecho una magnífica labor.

Entre sus logros hemos de señalar el traslado a una planta de fábrica en Hospitalet de Llobregat (1997), la distribución de sus productos en Estados Uni-dos y su presencia en las mejores ferias del mundo, etc.
Jaurena Art puede estar orgullosa de ser la primera empresa especializada en productos de bellas artes en recibir el certificado de calidad ISO 9001 (otorgado en 2008).

Hoy día Pinturas MIR es un gran activo cultural: imparten seminarios y clases magistrales en universidades, organizan concursos de pintura y apoyan a los artistas con sus magníficos catálogos, siempre respaldados por las nuevas tecnologías. Todo un ejemplo de compromiso con el mundo de las artes.