Las empresas que promueven la responsabilidad social corporativa y trabajan para desarrollar modelos más sostenibles están mejor preparadas para identificar nuevas oportunidades de negocio

La batalla para dejar de perjudicar el futuro de nuestro planeta perpetuando modelos productivos nocivos para el medioambiente aun no la hemos ganado, pero las previsiones de analistas y expertos del sector indican que en 2023 la demanda de productos sostenibles continuará creciendo en el mercado europeo.

Según los datos aportados por asociaciones y empresas privadas, finalmente hemos llegado a un momento en el cual los beneficios de hacer las cosas “un poco mejor” comienzan a dar resultados palpables. El más destacado: reducir las emisiones de carbono mediante nuevas estrategias de producción es rentable.

Las empresas más comprometidas con las medidas sugeridas por las entidades y la administración pública en los distintos países de la Comunidad Europea han experimentado una reducción de emisiones de carbono de hasta un 67% debido a la incorporación de innovadoras estrategias de diseño destinadas al segmento de productos sostenibles. Esta cifra ha significado, además, que el 73% de estas empresas haya percibido una mejora en los ingresos.

Una de las principales acciones que se ha llevado a cabo ha sido la de modificar las fases de diseño, que afecta cerca del 80% de la huella medioambiental, con la implementación de políticas más ecológicas y respetuosas. Lógicamente los cambios requieren inversión y continuar desarrollando las tácticas necesarias en toda la cadena productiva para obtener cada día mejores resultados.

Es indudable que las nuevas normativas legislativas impulsan de manera más severa los cambios de paradigmas de fabricación y, a medida que pasan los años, son más exigentes a la hora de exhortar su cumplimiento con la finalidad de alcanzar una economía circular más potente y efectiva.

En este camino, la producción de envases sostenibles es un excelente ejemplo que demuestra los beneficios que conlleva aplicar estratégicas de diseño sostenible. Un 23% de las empresas consultadas que han modificado sus procesos ha percibido una reducción en sus costes de producción, mientras un 37% los ha mantenido. En términos absolutos, la inversión funciona y una menor emisión de carbono es posible en beneficio del planeta y de quienes vivimos en él.

Por supuesto, si bien llevamos décadas en el estudio de los diversos planes y políticas que favorezcan sistemas más eficientes de producción, los beneficios a corto y mediano plazo están dando resultados beneficiosos y los productos sostenibles tienen cada día más demanda y público objetivo que satisfacer. Sin embargo, el esfuerzo de hoy supone un importante avance a largo plazo que sin duda aportará una reducción de costes en toda la cadena de valor.

La sostenibilidad no es una moda. Hoy, el compromiso que están asumiendo las empresas en este tema ya es un valor añadido visible a los consumidores, quienes dan prioridad a los productos sostenibles y a consumir marcas respetuosas y responsables con este concepto.