La intuición es una de las facultades de la mente, un potencial del cerebro, latente en cada ser humano. Una fuente de innovación y creatividad

Pasan las horas y el hombre, confinado en su casa al igual que millones de personas, decide tomar un café para matar el aburrimiento. Pone en marcha la cafetera, inserta una cápsula, calienta la leche y se sirve su bebida preferida. Está lloviendo y no tiene siquiera un perro que pasear, circunstancia que le daría cobertura ante las autoridades para darse un garbeo en la calle y despejar la mente.

El hombre está removiendo el azúcar en su taza de café mientras mira por la ventana de la cocina, añorando la vida sociable de antes. Estar solo le saca de sus casillas. Cómo envidia su época de estudiante, cuando conoció a su primera novia y cuando obtuvo aquel premio… y cuando fue encarcelado durante 48 horas por…

Su imaginación le incita a abrir un viejo cuaderno (sin estrenar), tomar su olvidada pluma estilográfica y comenzar a escribir unas líneas. Como eco musical, oye la lluvia golpeando el cristal de la cocina. La oye, pero no la escucha: lleva dos horas y media sin parar, redactando palabras, frases, páginas… No lo sabe aún, pero está escribiendo una novela. Una novela autobiográfica. La novela de su vida, esa que en el fondo siempre quiso escribir y que nunca hizo porque el trabajo, la familia, el ocio programado, en fin, las obligaciones del día a día, le habían impedido desarrollar algo que tantos frutos le había dado cuando era joven: la intuición.

Nuestro personaje está dando los primeros pasos para convertirse en un gran escritor. Así han comenzado muchas grandes obras literarias, a partir de un pequeño disparador que traería detrás una cascada de ideas que poco a poco irían ensamblándose.

Aunque ha optado por la literatura, este hombre bien podría haber tenido la idea de crear un buscador de Internet, como hicieran Sergey Brin y Larry Page (Google); o desarrollar un motor de corriente alterna (Nicola Tesla); o descubrir la penicilina que tantos millones de vidas ha salvado (Alexander Fleming); o quizá patentar un producto insólito que le ahorre mucho dinero y quebraderos de cabeza al sistema sanitario.

Las buenas ideas son tan poderosas… Todos los avances de la humanidad han arrancado a partir de una idea que ha acabado por generar el interés de otras personas que aportan diferentes puntos de vistas y soluciones hasta conseguir algo que aprovecharía el mundo entero.

La intuición, ese autoconocimiento reflexivo dirigido por la red neuronal anterior a la conciencia, está latente en todos nosotros. Es el motor de la innovación y la creatividad, es nuestro aliado. Es oro puro.

Dicen los expertos que no estamos escuchando a nuestra intuición lo suficiente, pues tenemos interiorizado que todo pensamiento ha de tener una justificación lógica aparente. Sin embargo, la intuición es nuestro terreno más fértil, y las mejores ideas no nacen en el plano racional sino en el de la intuición.

Aprovechemos que vienen tiempos nuevos para potenciar la intuición, la flor más hermosa de ese ignoto jardín lleno de recovecos que es nuestro cerebro.